EL RUIDO MENTAL

“La paz no se puede mantener por la fuerza; solo se puede conseguir con la comprensión.” Albert Einstein

La mente es uno de los órganos más importantes de nuestro cuerpo, alberga unos 100.000 millones de neuronas, esas minúsculas células de nuestro sistema nervioso capaces de generar por sí mismas billones de conexiones que trabajan con suma eficiencia y armonía. Si pudiéramos observar la capacidad de nuestra actividad cerebral, nos maravillaría su ritmo, su acompasamiento y su complejidad. Somos capaces de producir hasta 80.000 pensamientos diarios, hecho casi inexplicable de captar por nuestra consciencia. Sin embargo, el cerebro es capaz de seleccionar, escoger y poner en primer lugar aquellos que se relacionan con nuestra experiencia vital y, por supuesto, los que preservan nuestra supervivencia.

Entender la actividad cerebral es un primer paso para tomar distancia de ella. Vivir bajo los mandatos de nuestra mente se convierte para muchas personas en una prisión de difícil fuga. Entrar en su juego puede causarnos mucho malestar y, sobre todo, una desconexión de la vida.

El parloteo mental se nutre de toda la actividad cerebral que somos capaces de producir. Sin embargo, cuando la observamos, nos damos cuenta que los pensamientos nos seducen y nos convencen arrastrándonos a su terreno y, lo que es aún más peligroso, determinan nuestro estado emocional y visión de la realidad.

Tomar consciencia es el primer paso, aunque no es suficiente. Tenemos por delante el reto de entender que los pensamientos son eso sólo pensamientos y que nosotros somos algo más. Que la mente hace muy bien su trabajo y que la podemos usar de manera funcional para muchas situaciones pero que necesitamos salir de ella y tomar perspectiva para comprender cual es el mejor camino para nuestro bienestar.

Acallar el ruido mental pasa en muchas ocasiones por establecer un protocolo de acción que nos ayude a relacionarnos con nosotros, con los otros y con la vida de una forma más adaptativa. Os dejo un pequeño recorrido para poder aplicar cuando lo necesitéis.

  1. Delante de una situación que te causa inseguridad, malestar, o simplemente confrontación pregúntate qué piensas, cual es tu actividad mental y apunta esos pensamientos en algún lugar.
  2. Cuestiona si son totalmente ciertos, si eso que piensas lo podrías probar cien por cien. Si no es así relativízalos y déjalos ir.
  3. Fíjate cómo te hablas, qué palabras te diriges a ti mism@ y cómo te tratas. Pregúntate si es posible cambiar esas palabras por otras más benevolentes hacia ti.
  4. La actividad mental es diferente de unos a otros y de esa forma cada uno establecemos nuestra realidad. Es mucho más funcional y respetuoso usar la coletilla: “Según mi opinión…” De esta forma evitamos limitaciones o dejarnos llevar por las creencias aprendidas.
  5. Dialoga con tu actividad mental de la forma que tu establezcas. Personalízala y dirígete a ella para manejarla desde tu control. Dile: “Para, ahora no me interesa lo que dices”, “Oye bonita eres muy pesada, luego te daré un espacio”…
  6. Ríete de los pensamientos obsesivos e intrusivos que a muchas veces forman parte de nuestro crítico interior. “Otra vez lo de siempre bla, bla, bla…” Exagéralos o cántalos.
  7. Procura hacer pequeños instantes de insight a lo largo del día donde te escuches y veas cuales son tus pensamientos y qué relación estableces con ellos: ¿Los dejas ir?, ¿Te enganchas a ellos?, ¿Te los crees o los cuestionas?…
  8. Establece un pequeño ritual al inicio y finalizar el día dónde haces diez respiraciones conscientes y estableces por la mañana un propósito del día y por la noche agradeces algo que ha pasado y si no encuentras nada imagínalo, la mente lo lee como real.
  9. Deja vagar tu mente de vez en cuando. Déjala ir sin más, sin hacer nada, sin medios digitales, sin actividad, sin intención…
  10. Conéctate a la vida y mira el mundo que te rodea, proponte centrarte en alguno de tus sentidos en algún momento de tu jornada, mira, huele, oye, palpa o saborea, céntrate en las sensaciones corporales y las emociones que te despiertan.

 

Acallar la mente, aquietarla nos ayuda a sentirnos conductores de nuestro destino. Feliz viaje.

Cristina

Psicóloga

Desde Bonamind pensamos que todo es posible con conexión, emoción y motivación.

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